martes, 4 de febrero de 2025

En las nubes

Qué prodigio supone volar, y el caso es que ya nos parece algo habitual, tanto como subirnos al coche y conducir, y esto último no deja de ser otra maravilla, o escribir este blog y plantarle mis ilustraciones, y que las pueda ver cualquier persona en el mundo aunque no me conozca de nada... A veces se me va la cabeza pensando en los avances de la ciencia.

Las observo por la ventanilla del avión y reconozco que es una posición privilegiada. Pocas veces podemos verlas así, sólo cuando las sobrevolamos o cuando subimos a un pico tan alto que podemos admirar cómo se extienden a nuestros pies, algodonosas, ingrávidas e impacibles y siempre en continua regeneración ante el paso del tiempo, flotando mientras el mundo gira bajo sus pies.


Todas son distintas, no hay ninguna que repita forma o color. Las hay rosas, grises, nacaradas, azules, verdosas, amarillentas y hasta violetas y rojizas.

Disfruto identificando figuras conocidas entre sus formas y sonrío pues me siento a gusto reconociéndolas aquí y allá, como si fuera una niña. Son todo un pasatiempo para quien sabe apreciarlo. Seguro que a más de uno le parecerá una pérdida de tiempo. En fin, cada uno es como es.

-Uf, la de saltos que está dando el avión, aunque por la forma de las nubes no parece que haya viento.-

De pronto abre los ojos de golpe, mientras una mano la zarandea para espabilarla, pues se había quedado dormida sobre la arena.


Y es que la playa tiene ese punto que te adormece, al aliarse el calor del sol, la calidez de la arena y el ronroneo del mar.

-Menos mal que me puse bastante protector solar, porque llevo un rato tiesa y en las nubes-.