jueves, 4 de enero de 2024

Silencio

Asocio diciembre y enero como unos meses cargados de bulla, como el sonido que produce la lluvia cuando cae con fuerza, o la tele cuando no sintoniza ningún canal; y me ha dado por pensar en justo lo contrario, en esos silencios que pululan a ratos, en la intimidad del hogar.  

En esta ocasión el texto va dedicado a mi compañero Ángel, por ser como es, aventurero, solidario, amante, crítico, lector, amigo, trabajador, empático, cariñoso... y la lista seguiría.

Gracias a todos y todas por leerme. Alegres Reyes y salud para este 2024. Deseo repartir al mundo la felicidad, pero se me queda un poco grande. Y además creo, que cada uno debe trabajar sus propios méritos para alcanzarla, sin ponerse la meta muy alta.


No es una contradicción

pensar en el sonido del silencio,

pues en ocasiones se siente y se oye.

Se ama y se odia.


Unas veces palpita en soledad,

como cuando sales

y la casa siente tu ausencia,

y parece que resuenan tus pasos por la escalera

pero no eres tú, sólo tu sombra.


Otras, el silencio es sonrisa,

y lo sientes como risas

en mitad de la estación de pasajeros.

Como un eterno desfile de hormigas

que corretean por las manos que se entrelazan.


También es un grito de alegría,

cuando el beso adelanta al silencio

y rozas con los dedos los labios mudos,

llenos de felicidad.


A veces oigo tu voz que me llama,

y pregunto en vano al vacío

que me responde callando.

Casi no estás.


Cada día siento el silencio, lo escucho,

me enamora y me arropa

la sensación de tu presencia

y tu abrazo siempre fuerte.


Y es que me gusta el titilar silencioso

que a veces nos rodea,

que nos acompaña y enlaza,

porque es hermoso.

A ti, que siempre estás.