Las relaciones entre los adultos son
difíciles. Cuando la niñez queda atrás perdemos espontaneidad, fidelidad e
inocencia. Encontrar el modo de mantener una relación sin que se vuelva
monótona depende de cada uno de nosotros y de muchos pequeños detalles diarios.
El más importante a mi modo de ver, es demostrar afecto con gestos que no se
pueden comprar como abrazar y sentir que te abracen cada día.
-¿Qué regalo
pides en éstas fiestas? Preguntó la pequeña cogiendo sus manos- La abuela
sonrió y le dijo: Mnnn. Creo que necesitamos una historia,- y acto seguido la
sentó sobre sus rodillas y la niña parpadeó atenta.
Se acercaba
la fecha y ella se mostraba ansiosa como una cría. Desde días antes anunciaba radiante
que iba a cumplir años. Siempre fue así, desde la niñez, pero se acentuó tras
unir su vida a la de él, y de eso hace ya muchos años.
Él era
carismático, cariñoso y despistado, también a veces algo huraño y además imprevisible.
Vivía convencido, de que un ser divino por alguna extraña razón le había
bendecido, al permitirle encontrar una mujer como la suya, tierna, alegre y que
le amaba. A pesar de los años transcurridos juntos, le aleteaba el alma y sonreía
siempre que pensaba en ella, y eso ocurría a menudo.
Llegada la fecha, esperaba el momento como en un ritual, para dejar sobre la cama su regalo, que invariablemente era el mismo. No era un paquete, ni iba envuelto en papel de regalo. Era un sobre en blanco que contenía un papel con una frase manuscrita, que siempre empezaba de la misma manera: “Vale por un viaje a…” Y allí empezaba la ensoñadora magia.
En cuanto
ella lo abría corría hacia la mesa de la cocina y él la seguía con una mueca de
satisfacción y un gran mapa bajo el brazo. Entonces, sentados uno junto al
otro, con dos tazas de té humeantes planificaban el viaje desde su comienzo.
Ella lo abrazaba y besaba y él feliz se dejaba hacer, correspondiendo con las
muestras de afecto.
En la
mayoría de las ocasiones no iban a ninguna parte pues surgían gastos
inesperados o algún problema; pero lo fantástico del regalo era el sueño
compartido. Una manera de vivir momentos juntos fuera de la rutina diaria. Al
principio seguían el recorrido con el dedo sobre el mapa y apuntaban pueblos y
ciudades que buscaban luego en enciclopedias. Más tarde con internet, la
búsqueda había ganado riqueza de datos y fotos actualizadas. Además seguían
leyendo en voz alta los detalles y explicaciones de cada lugar e imprimían lo
que les parecía relevante. Discutían posibles recorridos y el tiempo que
dedicarían a cada lugar. No era una planificación inflexible, todo lo
contrario, si llegaban a realizar el viaje, en la mayoría de las ocasiones no
seguían lo planeado. El encanto residía en vivir la aventura imaginando, transportándote
al sitio, caminando entre sus gentes y conociendo sus costumbres. Luego todo
volvía a la cadencia habitual, pero paladeando esa sensación dulce que te dejan
los buenos momentos.
-¿Y ya está?
protestó su nieta, -pues sí, ya está. ¿No es fantástico viajar? La mayoría de las veces,
el mejor regalo es sentir que viajas.- Le respondió mientras la abrazaba.
En estas fechas en las que tenemos
por costumbre reunirnos con familiares y amigos, todos añoraremos a seres
queridos, algunos pasaran las fiestas en hospitales, otros enfermos y más de
los que pensamos lo harán trabajando, para tod@s un entrañable abrazo.
Deseo para este año 2017 que termina y el 2018 que comienza: Que tod@s, en todos los lugares del planeta podamos viajar la vida y saborearla.
Deseo para este año 2017 que termina y el 2018 que comienza: Que tod@s, en todos los lugares del planeta podamos viajar la vida y saborearla.
Felices Fiestas
dibufloren
dibufloren