Si imaginamos lo que nos rodea cerrando los ojos, podemos ver a través de los sonidos y sentir y respirar nuestro entorno. En este poema desgloso entre las estaciones del año los retazos de esas sensaciones
Primavera
Primavera
Pop, pop, pop, pop, repiquetea la
lluvia sobre los pequeños tallos que se retuercen a ras de suelo, y brotan las flores ahogadas de ímpetu. Y cuando se exhibe
el arcoiris trinan los pájaros, prripi, pirrip, pip, pip, y aletean
vigilantes, blus, blus, blus, junto a los nidos.
Verano
La cigarra trre, trre trre, y los
grillos, rip, rip, rip, rip, sofocan la tarde y las risas de los
niños, ja, ja, ja, ji, ji, ji, sobre la arena cálida de la playa,
la relajan. Las bicicletas danzan bri, tap, tap, bri, tap, tap, por
los caminos y murmuran al oído, bss, bss, bss, las parejas cogidas
de la mano.
Otoño
El viento empuja las hojas que
cuchichean sobre el suelo, fru, fru, fru, fru y el rumor de la
cafetería se extiende sobre el silencio del crepúsculo, blabla,
bla, blabla, bla, y las olas retumban plummshsh, plumshsh, sh, sh,
sh, estremecidas contra el muelle.
Invierno
Los relámpagos encienden la tarde
color de vino, el trueno rrtum, rrtumtum, rrtumtumtum, hace
vibrar los cristales y la lluvia top, top, top, top; top, top, top,
top, acompaña a la percusión, y los perros aúllan auuu, auuuuu, en
la noche cortando el frío, mientras caen silenciosos los copos de
nieve.