martes, 4 de diciembre de 2018

Lluvia

La vida nos pasa por encima como una tormenta, a trompicones nos emborracha, nos sacude y arrastra. Nos roba lo que amamos y luego nos sorprende regalándonos de pronto ternura y risas, y como en una montaña rusa es sin cesar vertiginosa, aunque en tramos puede parecernos perezosa nunca nos deja indiferente. Al contrario, cuando el temporal pasa y las nubes se disipan, la visión aunque veloz, resulta extraordinaria.

Feliz Navidad 2018 / 2019


Últimamente cuando llueve lo hace con desesperación, como si las nubes dijeran:
-¡Sálvase quien pueda!.
Se mueven sobre nuestras cabezas con las panzas llenas como ubres sin ordeñar, redondas y pesadas huyendo en busca del norte que siempre está más allá, y en su agitado frenesí van descargando agua como si se desprendieran de ella a cubos.

Aquí abajo la recibimos como una cortina que lo desdibuja todo, lo empapa y ahoga hasta que la tierra dice basta porque ya no puede tragar más. Entonces, los senderos vencidos ante su ímpetu se deshacen y el agua busca su propio camino embrutecida y díscola, rompiendo, arrancando y destrozando todo a su paso.
Cae más y más, y el caudal crece y va como loco arrastrando esperanzas por ríos y barrancos desbordados. Las calles entorpecen su paso y provocan la furia del agua que salvaje, arremete contra todo y todos, crecida y desproporcionada.
Cuando parece que no terminará nunca, la lluvia poco a poco va menguando hasta que el goteo y el repiqueteo constante cesa, y las nubes se alejan.

Despacio, tras la sacudida violenta de la tormenta quedamos todos heridos en el alma, unos impotentes ante los daños sufridos, y otros perplejos frente a tan ingrato e insensible castigo. Aún así, mujeres y hombres salen a la calle a reparar los desperfectos y reponerse, sin dejar de mirar al cielo de reojo, preocupados por la próxima tormenta, e intentan sobrellevar las pérdidas o dejarlas a un lado para siempre, con la vista y la esperanza puesta en un horizonte limpio.

Mi recuerdo y deseo de ánimo en estas fechas, para todas las familias afectadas con tantas pérdidas humanas y materiales como hemos padecido este año que va terminando. Mencionar también a los familiares y amigos que hemos perdido por el camino. Y enviar un abrazo lleno de gratitud para todos y todas aquellos-as que arriesgan su vida para cuidar de las nuestras.