sábado, 4 de julio de 2020

Sueños

Todo empieza con un“imagina que...” pues todos tenemos sueños, algunos se cumplen y entonces pasan a ser metas alcanzadas, otros jamás dejarán de ser sueños y los consideraremos utópicos por inalcanzables, ilógicos o fantásticos y en ocasiones los sueños son de otros, pero terminamos haciéndolos propios y hasta luchamos para conseguirlos.

La casa a media mañana se convertía en un horno habitable sólo al atardecer, de manera que los hermanos se pasaban el día por los alrededores. Donde únicamente se podía respirar y estar medio a gusto era bajo el gran castaño, que a estas alturas de la estación seca, ofrecía una hermosa copa llena de hojas y tallitos con capullos a punto de abrir, o en la charca con las ranas que no era muy profunda, pero allí los dos hermanos habían aprendido a flotar.


El calor era tan pesado que daba la sensación de que podían derretirse los relojes y el mundo era tan naranja que irritaba la vista. Los reflejos plateados que producía la superficie del tejado de planchas metálicas, junto a la superficie de la poza hacían que el conjunto pareciese de otro planeta, uno fantástico donde todo espejeaba. Lo peor era la ropa que se pegaba al cuerpo como si fuera una segunda piel, pero en lugar de flexible y suave, resultaba acartonada y molesta. Así y todo se podía soñar, y en aquel momento era un astronauta caminando con dificultad por marte y soportando el enloquecedor calor rojo... pero el encantamiento duró poco pues su hermano se le acercó canturreando.

El sofoco aplastante no impedía que desde hacía un par de días en cuanto se despertaban los pájaros, se oyeran los cánticos del más pequeño, que ensayaba a pleno pulmón sus propias canciones, pues quería ser cantautor tras haber escuchado a uno por la radio. Su hermano pensaba irritado que la semana pasada le ilusionaba ser bombero y la anterior conductor de camiones, pero no decía nada pues sabía que pondría más empeño con el griterío si eso acaso era posible. Reconocía que no lo hacía mal del todo, pero resultaba agobiante escucharlo cantar sin descanso mientras gotas de sudor le resbalaban desde el fleco hasta la barbilla.

Por fin se acercaba la hora de cenar y el cantante empezaba a sentir el tedio de la monotonía y la necesidad del merecido descanso y quizá de planear el comenzar con otra actividad. Papá y mamá siempre decían que se debían estudiar todas las opciones posibles antes de decidirse, él sólo lo pondría en práctica una vez más y así se lo hizo saber a su hermano que respiró aliviado y en silencio, asintió con la cabeza en señal de aprobación. El artista mañana probaría con la natación, con el calor resultaba una idea perfecta, pero eso sería mañana, porque ahora el pequeñajo tras la cena se iría a la cama, y para alivio de todos, al momento, se durmió.

Feliz verano a tod@s y mantengan todas las precauciones ante el Covid 19, pues aunque nos parezca mentira, no lo hemos soñado y sigue ahí fuera.