viernes, 4 de agosto de 2017

De uniforme



Charlando hace unos días con una amiga, tocamos el tema de los uniformes con los que sobretodo algunos grandes almacenes visten a sus empleados. Es curioso cómo cuanto más prestigioso pretende ser el negocio, más incómoda y yerta es la vestimenta, confeccionada con textiles de fibra sintética y nailon, y diseñada por alguien, sin duda importante, que jamás se pondría esa prenda por incómoda. El efecto es lamentable para quien la viste y quienes observamos. Con un tejido más amable y prendas cómodas de corte sencillo ganarían con creces en elegancia y bienestar,  pero claro, a los viandantes no nos tienen en consideración, y por eso, dejo aquí mi opinión.

En cuanto pasaba el verano y comenzaba la lluvia y el viento, Fresia sentía una sensación húmeda que le recorría los huesos. Lo asociaba al comienzo del colegio, no porque le desagradara, pues le gustaba aprender y sobretodo soñar con los mundos y culturas que iba descubriendo. No, el cole sólo tenía dos problemas, uno era esperar el micro a la intemperie pues la recogía lejos de casa, y el otro era el recreo en el patio. Le gustaba correr y divertirse como todos los niños, pero hacía frío y a menudo caía una llovizna muy fina que casi no se notaba, pero que te empapaba en cuanto llevabas un rato. El uniforme no abrigaba mucho que digamos y el director era muy estricto con la normativa al respecto, suponía que porque él no lo llevaba puesto. Sus padres también llevaban las reglas a raja tabla, desconocía lo que tenía que ver una tabla con las normas y cuando lo preguntó, la respuesta fue, es una frase hecha, así que no sacó nada en claro, aunque pensó que no le sonaba a nada bueno.
 
Intentaba de todas formas abrigarse. Se ponía una camiseta térmica, luego la blusa, y encima de esta la chaquetilla que era de un material que se llamaba tergal, y que debía ser una birria, porque no calentaba nada y siempre estaba muy tieso. Como remate final se podían poner una capa de paño gris, que no tenía mangas sino unas aberturas laterales para sacar los brazos, de manera que el aire se colaba por todas partes, pesaba y para colmo de males, no era impermeable. Así que tiritaba y como reacción su cuerpo sudaba, de forma que la ropa se le humedecía, enfriaba y se le pegaba al cuerpo. Entonces temblaba más fuerte y le castañeaban los dientes. No entendía como los sabios no inventaban otra cosa más práctica y de camino, más alegre, seguro que todos los niños del mundo irían más contentos al cole. 


Cuando entraba en el micro donde se notaba el cambio de temperatura porque las ventanillas estaban cerradas, se encontraba mejor, pero a esas alturas, su ropa ya estaba demasiado húmeda para que se le pasase del todo, y lo peor era que durante toda la mañana la humedad seguiría pegada a su cuerpo, ya que en el cole no había calefacción. Vivían en zona subtropical, eso lo había explicado la profe de sociales, pero los que mandan lo asocian con un clima cálido y no se dan cuenta de que en los pueblos de la montaña puede hacer mucho calor, pero también mucho frío, o eso al menos es lo que le había respondido su madre cuando le preguntó. A menudo pensaba que los mayores para algunas cosas son muy tontos, porque hasta una niña pequeña como ella sabía lo que era la humedad, y que cuanto más subes por una carretera, más frío hace.


Todo era una reacción en cadena que empezaba con un poco de catarro y unas décimas de fiebre. Así podía estar unos cuantos días, porque nadie más que ella lo notaba, y no lo iba a comentar pues sabía lo que venía después, los dolorosos pinchazos, así que la fiebre terminaba por subir y entonces los mayores se daban cuenta, pero ya era tarde para prevenir, ya sólo se podía arreglar guardando cama y con medicación. Era un ciclo que se repetía varias veces entre el otoño, el invierno y también alguna vez en primavera. 

Todos decían que era una niña enfermiza, pero ella sabía la verdad, el responsable de sus males era el gobierno, el director y el que diseñaba esos uniformes horrendos, pero claro,  a ella no le iban a pedir su opinión. Y se conformaba mientras guardaba cama, calentita y a cubierto del frío, soñando con un uniforme suave, cálido y bonito.


1 comentario:

  1. Acuarella y rotulador, junto a un toque digital, es la técnica empleada para las ilustraciones en esta ocasión.
    Saludosss

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