Todo guarda un impás
sordo tras la muerte, aunque a veces parece pasar desapercibida. Los unos
siguen llegando y los otros marchando, y aparentemente la vida sigue igual.
Me muevo dentro del vértice que
forma la pared con el suelo para pasar desapercibido. Voy de un lado al otro.
Siempre en la penumbra, nunca expuesto. Estudio con paciencia los artefactos
que como apisonadoras recorren el terreno en distintas direcciones y velocidades,
también vigilo la comida que llega del cielo y que normalmente es escasa, a veces
cae desperdigada y otras toda junta.
Cuando veo vía libre, con mi
coraza puesta, corro en busca del alimento como un soldado bien entrenado. En
alguna ocasión no me da tiempo de cumplir la misión, en esos casos me escondo
en las pequeñas grietas del suelo donde sé que estoy a salvo, hasta que veo vía
libre de nuevo.
Hay más como yo, siempre atentos
y al acecho. Todos los días hay bajas que caen bajo la fuerza de las
apisonadoras, pero no nos amilanamos. Hay que sobrevivir, ahora ellos también
son comida. Nuestro mundo es despiadado e impera el sálvese quien pueda.
Hoy no estoy en un buen sitio,
tengo que intentar salir de aquí. Corro en zig zag para esquivar los golpes,
oigo gritos demasiado fuertes para que sean de los míos. Veo a la apisonadora
que se acerca muy deprisa y no tengo donde esconderme. Crack.
–¡Qué asco! Malditas cucarachas-
Y arrastrando el zapato mortífero sobre el suelo para que no quede vestigio
ninguno del percance, el viandante sigue sin más su camino.
Las ilustraciones las realicé con acuarela, rotulador y el toque digital final.
ResponderEliminarHola, ¿Por qué la naturaleza habrá elegido que yo sea una persona y no una cucaracha? Aunque, si es verdad que nos reencarnamos, lo mismo es lo siguiente que me toca, Jajaja Pues hoy disfrutaré esta vida este momento, ya se sabe: “the time is now” Y mañana, cuando llegue, concienzudamente lo veré. Floren muchas gracias y muchos besosss
ResponderEliminarGracias Adela. Es cierto, no sabemos si regresamos a esta tierra de alguna manera... desde luego sí que nos quedamos formando parte de ella cuando nuestros huesos se deshacen o nuestras cenizas se esparcen.
EliminarA prácticamente nadie nos gustan las cucarachas, pero ellas cumplen una misión como todos los seres vivos, así que me pareció justo exponer lo que podía ser la visión del mundo desde el punto de vista de una cucaracha.
Besossss y gracias por comentar desde aquí. Recibo comentarios, pero casi todos por whatsApp o por facebook.
Gracias Floren,por tocar un tema tan sensible para algunos que no para otros,los que somos apisonadores no sabemos que existe todo un submundo debajo de nuestros pies,me recuerda a la serie que emitieron en tve"Los fragel".Un beso
ResponderEliminarYo entro también en el grupo de los apisonadores Fernando. Nuestras vidas se desarrollan en un mundo mucho más complejo de lo que a menudo queremos admitir, simplemente porque nos resultaría imposible seguir con nuestras vidas si tuviéramos en cuenta a todos los seres vivos que nos rodean, nos gusten o no, o los necesitemos simplemente como alimento por ejemplo. Reconozco por otro lado que no me gustan las cucarachas pues las asocio con la basura (que por otro lado nosotros generamos), como nos ocurre a casi todos. Muchos besossss y gracias por tu comentario.
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