La primavera despierta los sentidos
de los seres vivos aletargados por el invierno, y los más espabilados se hacen
sentir desde que el sol apenas se asoma por el horizonte impacientes por
empezar la mañana. Al despertar, una algarabía de sonidos y movimientos
frenéticos envuelven ya el día, es una suerte participar en el espectáculo y al
mismo tiempo, disfrutar como espectador.