miércoles, 1 de julio de 2015

Se acerca el verano


El verano tiene un aquél que nos hace sentir diferentes y cambia nuestro ánimo, influyen la luz, los colores, el calor, y que los días son más largos y las noches más cortas, el firmamento parece brillar con más intensidad y todo se llena de risas. Para contribuir a este alborozo he pensado brindar por ustedes con mis mejores deseos de descanso y disfrute, con este texto que pretende dejarles un regusto agradable sin ser alegre. La vida sigue.  


La noche pasó acompañada de una triste luna, mientras amanecía en el aire flotaban las esporas de las flores que como pequeños fantasmas pululaban aquí y allá, deslizándose empujadas por la brisa.


Lloviznaba con delicadeza como si las gotas pidieran permiso, sabedoras de que su tiempo termina y deben dejar paso al verano. Las nubes entre grises, nacaradas y rosas se deslizaban despacio, impulsadas mar adentro por un viento suave mientras el cielo de azul terciopelo iba adquiriendo un tono más limpio.


Acostado boca arriba con las manos bajo la cabeza, contemplaba el despertar del día tras una noche insomne. Una de tantas en la que al contrario de lo que se pudiera pensar, le proporcionaban una tranquilidad e intimidad que no podía adquirir de otra manera. Es verdad que no buscaba quedarse despierto, pero aquellas vigilias que de tiempo en tiempo le sorprendían, le servían para analizar problemas, tomar decisiones y mantener vivo el recuerdo de las personas queridas. Su padre también las sobrellevaba y fue el que le transmitió la manera de enfrentarse a ellas y disfrutar de la soledad nocturna, del sosiego, de la paz interior en la que solo algunos pueden deleitarse sin agobios porque al fin y al cabo nacemos como un ente solos y nos vamos igual. 


Lo descubrió una noche siendo aún muy joven cuando paseaba por la casa a oscuras, y desde esa primera vez compartió con él silencios, alegrías y preocupaciones, les sirvió también para unirlos después de la tormentosa adolescencia, en la que padres e hijos se alejan pero que en la mayoría de los casos, como las olas en alta mar que van y vienen, que suben y bajan terminan por encontrarse. Durante esos momentos de intimidad compartida descubrió en él a un hombre sorprendente, con el que podía hablar de infinidad de temas, discutir y reír relajadamente acompañados de un vaso de leche caliente, cacao y galletas. 


Él le enseñó a no atormentarse por la vigilia, ya llegaría el sueño, –aprovéchalas –le decía. –Cuando no logres dormir, relájate y analiza lo que te preocupa o lo que te hace tan feliz que no te permite dejarte vencer por el descanso. No dejes pasar el tiempo sin más, no derroches el momento como hace mucha gente, que se pasa la noche entre nervios, lamentándose porque no puede conciliar el sueño. Disfruta la oportunidad de descubrirla, los extraños ruidos, las sombras en la penumbra, el sonido del viento, la calidez en verano o el frío que parece reflejarse en todo lo que te rodea en invierno. Hasta las cosas adquieren otra dimensión, a veces nos parece que se deforman o se mueven, que tienen vida propia y son generadoras de historias. La vida se nos va tan rápido que casi sin darnos cuenta llegamos a la vejez, algunos afortunados siguen manteniendo dentro de su vieja carcasa, el niño que una vez fueron, y este hecho les ayuda a mantener la sonrisa y a seguir participando en el engranaje del mundo con ánimo, aunque nos vayamos quedando solos porque nuestros seres queridos se van marchando por el camino; pero eso hay que cultivarlo, no se tiene como un don divino ni gracias al azar. –Qué razón tenía. La gente en ocasiones te dice que eres un optimista, pero la verdad, es que para enfrentarte a la vida con buena cara, necesitamos aprender a vivir ilusionados y eso es algo que se gana luchando.


Kulan pareció suspirar a su lado. Permanecía echado sobre la alfombra atento a la respiración de su amo, siendo consciente de que no dormía, y pendiente por si había suerte y salían a dar un paseo mientras amanecía. Tenía, en una postura muy suya, la cabeza apoyada sobre las patas delanteras y de vez en cuando movía el rabo suavemente mostrando la alegría que sentía por compartir el momento.


Escucharon el ulular de una lechuza, que imaginó contemplando impertérrita sus dominios. Ya casi era de día, mientras se incorporaba despacio porque los años no perdonan, se dibujó una sonrisa en su rostro contraído por el esfuerzo y como impulsado por un resorte, Kulan ya estaba en pié mirándolo fíjamente. Fue al aseo y luego se dio una tonificante ducha caliente. Al salir volvió a sonreír mirando al perro que pendiente de sus movimientos le esperaba sentado junto a la puerta con la lengua fuera. –Venga, ve a buscar la correa, parece que el tiempo al final acompaña, nos vamos a disfrutar de la mañana y a desayunar en una terracita.


Feliz verano


4 comentarios:

  1. La técnica utilizada para las ilustraciones consiste en acuarela, bolígrafo y esgrafiado (ceras blandas sobre lápices de color).

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  2. Puez sí disfrutar requiere querer disfrutar. Si no lo buscas no apreciaras que lo tienes. Es la recompensa al que se esfuerza. Es estar vivo o muerto en vida. Yo a veces pienso de gente que me rodea que ya está muerta ....y no sé si algún día algo la despertará.

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    1. La pena es que mucha gente no será consciente nunca de que aceptar la vida y saber vivirla depende de sí mismo. La felicidad está en los pequeños sucesos que nos agradan a lo largo de la vida, que contrariamente a lo que se pueda creer son muchos.

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  3. Puez sí disfrutar requiere querer disfrutar. Si no lo buscas no apreciaras que lo tienes. Es la recompensa al que se esfuerza. Es estar vivo o muerto en vida. Yo a veces pienso de gente que me rodea que ya está muerta ....y no sé si algún día algo la despertará.

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