domingo, 15 de junio de 2014

La vida que sueño.



Queridos amigos lectores:

Gracias por acompañarme en esta nueva andanza que me ha resultado muy grata. Con esta carta les anuncio que hasta después del verano voy a dejarles descansar, pero que amenazo con volver en cuanto termine el periodo estival en el que todos tendremos recargadas las pilas, y para aquellos que necesiten un empujoncito, que les ayude a  enfrentarse con las tareas que les correspondan ahí estaré, porque los sueños, como todo lo bueno que llevamos dentro si no se comparten no tienen sentido.

Cuando dibujo, como cuando leo, me transporto a otro mundo como si viajara por el ciberespacio. No es que me imagine con escafandra y traje espacial, pero sí que me siento especial. Floto en el aire como una pluma y mi ser se plasma en el papel mientras mi mente dibuja los personajes, los paisajes y las situaciones que veo. Parte de mí queda reposando en los dibujos, como el niño que se duerme sobre sus juguetes y los arropa con su aliento. 

Lo mismo me ocurre cuando escribo, al transmitir lo que danza en mi interior, ese baile de imágenes que se derraman en frases o poemas sobre las páginas. Es entonces cuando el conjunto cobra vida dentro de mi cabeza, mi mente trabaja al instante a mil revoluciones por minuto, que con la velocidad vertiginosa en la que vivimos ya no pueden parecer muchas, pero que a mí me siguen pareciendo una barbaridad, e intento transmitir la idea para que disfruten de este lugar especial y fantástico donde habito.


Me siento afortunada por ser una soñadora y por atreverme a acercarles mi mundo, en el que las letras surgen como la niebla, con esa magia, con la que se mueve la bruma entre las laderas de nuestras montañas.

El suave murmullo trae aromas de campo
y tu imaginación permite que todo se haga                                  transparente, 
cuando atraviesas con la mirada
las pequeñas gotas de agua 
que resbalan vertiginosamente
por el cristal de la ventana.
La oscura bruma ha cubierto la ciudad 
tratando quizá de ocultar, 
la colmena en la que el hombre pierde 
toda su ingenuidad y pureza, 
donde vive, se desarrolla y muere 
sin llegar nunca a comprender 
qué hace allí y por qué es así.
Cuando la naturaleza vibra en el mundo, 
miles o tan sólo unos pocos se dan cuenta…
Las últimas gotas de lluvia acaban de estrellarse 
contra el asfalto que repele el agua, 
y han muerto en esos pequeños charcos 
que se deslizan suavemente, 
con armoniosa musicalidad por el borde de la calle, 
para irrumpir en un instante como grandes cataratas 
entre los desagües y alcantarillas de nuestra ciudad.
Acabó todo, el pájaro vuelve a trinar. 
Tal vez también él se haya dado cuenta. 

El lector ha de gozar leyendo siempre y el creador ha de conseguir que viajemos subidos sobre un libro como en un cohete por el ciberespacio y esa es mi aventura, la vida que sueño alrededor de los libros.

Les espero a la vuelta.







5 comentarios:

  1. Las ilustraciones son collage realizados con pintura acrílica, rotulador y tela.

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  2. Respuestas
    1. Lo realicé con cariño y eso se debe notar. Muchas graciass

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  3. Felices vacaciones, Flor. Y felices sueños. Síguelos compartiendo, es un placer.
    Un beso.

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    1. Felices días para ti también, que los sueños te acompañen siempre y que sigamos compartiéndolos. Besosss

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